Normalmente cuando tenemos una pequeña molestia por sobre esfuerzo, hemos recibido algún golpe o sufrimos una torcedura tendemos unos a ponernos frío y otros a ponernos calor. Unos ponemos calor a toda clase de lesiones y otros ponemos frío.
Lo que debemos saber es que cada lesión necesita un tratamiento y aplicar calor o frío cuando no se debe, aunque parezca un tratamiento inofensivo, puede perjudicar e incluso agravar la lesión o molestia que suframos. Vamos a repasar cuando y como debemos aplicar frío y/o calor en las distintas lesiones.
Aplicamos frío cuando la lesión se acaba de producir, normalmente en las primeras 24h y nunca superando las 48h. Lo aplicaremos para lesione musculares como rotura de fibras, lesiones articulares y en los tendones, como pueden ser esguinces o para aliviar las articulaciones después de una sobrecarga de ejercicios.
El frío alivia el dolor y reduce la inflamación al actuar como vasoconstrictor disminuyendo el tamaño de los vasos sanguíneos mas cercanos a las capas superiores de la piel.
Aplicaremos frío unos 5 o 10 minutos, nunca superando los 15 minutos dejando descansar la zona y pasado un tiempo si se desea volver a colocar. Si enfrías la zona mas de este tiempo al retirar el frío el cuerpo reaccionaria mandando mas sangre para calentar la zona y por lo tanto predicaría.
Si no dispones de material para aplicar frío a lesiones (bolsas con un gel que se enfría) que puedes encontrar en farmacias, la opción casera puede ser hielo, siempre con un trapo o toalla entre este y la piel para no quemarla o alguna bolsa de guisantes congelados que te permita moldearse a la zona perjudicada ya que a veces el hielo por su forma no permite dar frío de forma uniforme.
Aplicamos calor cuando las lesiones son crónicas es decir que llevas sufriendo molestias varios días, semanas o incluso meses siempre que no exista inflamación en la zona. En este caso aplicamos frío. Estas lesiones suelen ser contracturas en espalda, cuello o tirones musculares.
Lo aplicaríamos después de las 24 o 48 horas, cuando el frío deja de ser necesario . Igual que el frío se aplica de forma intermitente y nunca superando los 20 o 25 minutos. Después de un descanso podemos volver a aplicar.
El calor produce vasodilatación haciendo llegar mas sangre a la zona con dolor eliminando así mas rápidamente los residuos y sustancias algógenas, encargados del dolor.
Existen materiales específicos en farmacias o se pueden utilizar mantas eléctricas y bolsas de agua caliente. Vigilar que no queme ya que el calor debe ser agradable pero intenso.
Aplicaremos frío y calor en una mismo tratamiento en lesiones crónicas aprovechando sus beneficios cuando los necesitamos, es decir antes de entrenar aplicamos calor, para calentar los músculos y frío después del entrenamiento para bajar inflamacion.
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